El precio de un entierro, vendrá determinado por los servicios que contratemos y además dependerá mucho de la localidad donde vaya a celebrarse. A la  mayoría de las personas no nos preocupa donde descansarán nuestros restos cuando fallezcamos, es una decisión que les tocará a nuestros familiares o amigos. Son estos los que comprobarán que a veces no es tan fácil, y mucho menos barato.

Inhumaciones, cremaciones o donar el cuerpo a la ciencia. Tras la muerte, el alojo de los restos del fallecido se puede hacer de diversas maneras. En España, la práctica más utilizada es la inhumación, aunque cada vez hay más cremaciones, actualmente el 35% de los fallecidos optan por ella.

España, a pesar de su relativamente bajo porcentaje de cremaciones entre los fallecidos (35%), es el país de Europa que cuenta con más hornos crematorios (358). Inglaterra, con un 73%,  es el país de la UE con un mayor porcentaje de cremaciones, a pesar de lo cual cuenta con menos hornos que España (260). En Extremadura según los últimos datos publicados por el sector hay 6 hornos crematorios.

Un viaje con alto coste.

Hay entierros y precios para todos los gustos, y la factura final dependerá de lo que queramos gastarnos en los servicios funerarios (ataúd, tanatorio, flores, esquelas…) y en lugar que elijamos para el entierro.

Normalmente, cuando llega este momento, se llama a la funeraria y se acepta todo “el menú”. El sector funerario no hace mucha promoción, no envía ofertas o catálogos y se sabe poco sobre de dónde salen los precios. A pesar de todo, es rentable porque (obviamente) siempre tiene demanda.

La cuenta por favor.

Como en cualquier factura, el precio de la muerte también se desglosa en partidas,  productos o servicios, el primer gasto que tendremos que afrontar será el trámite de documentación, que consiste en obtener el certificado de defunción, baja en el registro civil del fallecido y autorización de la licencia de inhumación o incineración, todo por unos 200 euros de media.

El precio del ataúd, cualquier funeraria pondrá a nuestra disposición un gran catálogo, con precios para todos los bolsillos, los más sencillos o gama estándar van desde los 800 a los 1.500 €, la gama media estaría en torno a los 2.500 € y la gama alta unos 3.500 euros de media. Hoy en día también nos pueden ofrecer ataúdes ecológicos (tenemos que asegurarnos que están 100% certificados) con un precio de 1.500 €. Teniendo en cuenta este abanico, el precio medio de un ataúd  estaría en torno a los 2.000 euros.

El coche fúnebre, el precio dependerá del servicio a realizar, los kilómetros que tengan que recorrer, etc., el servicio mínimo no bajará de los 250 €, el kilómetro de media se cobra aproximadamente a 1,60 €.

El tanatorio, tiene un coste medio de 600 €. Existen tanatorios municipales cuyo conste es más económico (unos 300 € de media).

Y como no, ahora tendremos que decidir entre la inhumación o la incineración, pero ¿qué es más barato?.

 

El descanso final.

Una opción cada vez más demandada y en auge es la incineración, de hecho más del 35% de las defunciones en nuestro país optan por este sistema. Se podría ver como la solución más económica para algunas localidades, ya que podemos prescindir si queremos del enterramiento.

La incineración tiene un coste medio en nuestra región de 550 €. A este precio tendremos que sumarla el coste de una urna (unos 180 € de media).

Si además elegimos guardar la urna en un columbario, recordar que un columbario es un tipo de nicho especial situado normalmente dentro de los cementerios (aunque no tiene porqué ser así) y que están destinados a contener en exclusiva las urnas cinerarias de una persona cremada. Tendremos que añadir entre los 100 y los 642 euros, dependiendo de la localidad elegida, son los ayuntamientos los encargados habitualmente de marcar los precios de los columbarios a través de sus ordenanzas municipales. A este precio habría que añadir el coste de la lápida.

Si optamos por la inhumación en un nicho, el  coste dependerá nuevamente de la localidad elegida, ya que al igual que los columbarios, son los ayuntamientos los que marcan los precios de los tipos de tumbas. A este gasto habrá que añadir los gastos del enterramiento, lápida, colocación de la misma, etc.

El precio de estas tumbas (columbario, nicho), dependerá de la localidad elegida. Por ejemplo un nicho en Badajoz  para 50 años en el cementerio nuevo tendrá un coste de 828,97 euros. En Cáceres  su precio oscilará entre los 696 y los 2.378 €. Mientras que en Mérida su coste estará ente los 333 y los 754 euros, todo dependerá de la fila o lugar que elijamos o nos asignen.

En el caso de los columbarios  ocurre idem de los mismo, Badajoz tiene un precio de 190 euros, mientras que en Cáceres se incrementa hasta los 435, en Mérida lo podremos encontrar desde los 430 hasta los 630 euros, dependiendo de la fila.

Al coste del nicho elegido o asignado, tendríamos que añadir el precio de la lápida, unos 300 € de media.
Pero, ¿Cuál es el precio de la muerte?
Lo primero que deberíamos saber es que podríamos no gastar nada en este último viaje si optamos por donar nuestro cuerpo a la ciencia.

En caso contrario, tenemos que preparar el bolsillo para hacer frente a un gasto que sin tenemos en cuenta los servicios mínimos  y gastos medios (tramitación documentación 250 €, ataúd 2.000 €, coche fúnebre 250 €, tanatorio 600 €, nicho a más de 5 años e inhumación 690 €, lápida 300 €, el gasto a duras penas bajará de los 4.000 euros. Y esto sin necesidad otros gastos como son traslados, flores, mesa de firma, esquelas, recordatorios, etc.

El precio medio de un entierro en nuestra región, quintuplica el salario mínimo interprofesional.

¿Contrato un seguro de decesos?
En España, la costumbre de pagar en vida y en forma de póliza mensual o anual los costes del entierro se hereda de generación en generación y, en demasiados casos, se sigue abonando por inercia. «Cómo voy a darme de baja ahora que ya llevo pagando 20 años, saldría perdiendo», es un argumento tan común como erróneo. Aunque las cuotas que se pagan por el seguro de decesos son normalmente poco cuantiosas -la patronal del sector calcula que cada familia destina, de media, 3,6 euros por cada mil euros del gasto total-, a la larga pueden representar un desembolso excesivo. Por eso se recomienda hacer números y reflexionar sobre si merece la pena seguir pagando esta póliza. Podríamos, sin ir más lejos, estar incurriendo en un sobre aseguramiento al pagar por un servicio cubierto con otra póliza. Los seguros de vida ligados a hipotecas, o a otros productos financieros como tarjetas de crédito y préstamos personales, por ejemplo, pueden cubrir holgadamente los gastos del sepelio.

Las pólizas son bien diferentes de una a otra compañía, y los precios muy distintos también de unas ciudades a otras: hay que hacer cuentas, y decidir.
Recomendaciones a tener en cuenta a la hora de contratar un seguro de decesos.

–          Si se es menor de 40 años, normalmente no conviene contratar un seguro de decesos. Se puede acabar pagando más de lo que representan los gastos funerarios.

–          Si se disfruta de una economía estable y saneada o se tiene suscrito un seguro de vida con amplia cobertura, no merece la pena contratar un seguro de decesos.

–          Antes de contratar un seguro de decesos, solicite presupuesto en varias compañías y compare calidad de servicios y precios.

–          Exija que todas las modificaciones o adiciones del contrato del seguro sean siempre por escrito. Después de la firma de la póliza, no acepte cambios del contrato que le sean desfavorables.

–          Cuando se paga un seguro para cubrir los gastos de los servicios funerarios, lo que se contrata es una prestación de servicios. La familia del difunto no tiene por qué aceptar la empresa propuesta por la aseguradora, pueden elegir la funeraria o empresas que prefieran.

–          Compruebe que en el contrato figura el compromiso de la compañía de revalorizar anualmente los capitales asegurados. Evitará sorpresas en momentos tan difíciles como los posteriores a un fallecimiento.

–          Si dispone de un seguro de decesos, informe a sus familiares del número de póliza, compañía y teléfono al que deben llamar si fallece.

–          Guarde una copia de la póliza y conserve el último recibo del pago.

Cuánto cuesta un entierro

Podríamos sumar: Traslados, flores, mesa de firma, esquelas, recordatorios, etc.