Iglesia Parroquial de San Marcos
Se trata de una construcción de estilo neoclásico con planta de cruz latina y tectero plano, levantada en el siglo XVIII sobre otra anterior.
Consta de nave única con cubierta de bóveda de cañón, compartimentada en dos tramos mediante pilastras adosadas a los muros sobre las que corre un ancho cornisamento. Tanto éste como aquellas, así como el intradós de los arcos, aparecen en la actualidad enfatizados con pintura gris y diferentes adornos. Una amplia cúpula con las molduras igualmente resaltadas con pinturas, cierra el crucero. El altar mayor es obra de fábrica con grandes columnas exentas.
La fachada principal presenta severo diseño clasicista, con pilastras laterales y remate de frontón configurado en piedra. Sobre el paramento encalado se abre una gran portada granítica adintelada, con frontón abierto flanqueando una hornacina y pináculos laterales. Sobre ella se extiende una balconada con tres ventanas que repiten el diseño de la puerta. Una esbelta torrecilla se alza en el lado del Evangelio.
La Ermita de San Pedro
Datable del siglo XVII, se encuentra en el interior de la población, destacando en ella su amplia cabecera cubierta de cúpula sobre pechinas.
Iglesia del Convento de las Hermanas de la Cruz
Obra más moderna de modesto exterior y ampulosa decoración interior realizada en estuco.
Santuario de Nuestra Señora Virgen de Gracia
Obra imaginaria del siglo XV, erigida posiblemente sobre una basílica visigoda anterior, aunque muy remodelada posteriormente por numerosas actuaciones llevadas a cabo durante los siglos XVIII y XIX. Con todo, la intervención más importante fue la realizada en los primeros años de la presente centuria, consistente en la reconstrucción casi total del edificio, para levantar otra de nueva planta según proyecto de Rafael Béjar Mendoza. Crónicas del siglo XVIII calificaban ya a esta ermita como de hermosísima y casi sin igual.
En su aspecto actual se trata dSantuario de Nuestra Señora Virgen de Graciae obra de tres naves divididas en cinco tramos, con cubierta de bóveda de lunetos la central y de arista las laterales. A los pies, coro según el mismo esquema. La cabecera presenta triple capilla de estero plano, cupulada la central. Tras ella se sitúa el camarín, también cupulado, obra de acusado barroquismo, decorada con estucos y pintura de atractiva factura popular. Al exterior destaca la portada de los pies, cobijada bajo un pequeño atrio y único vestigio del edificio primitivo. Se trata de un arco apuntado, con enmarque conopial configurado con boquetones con doble secuencia de bolas, inscrito en un alfiz de gruesa moldura entorchada. Sobre la misma se sitúa el escudo de los Suárez de Figueroa.
Adosada al atrio delantero, como obra independiente al resto de la ermita, se erige una esbelta torre de estructura marcadamente barroca, del mismo tipo de las de Jerez de los Caballeros. De sus tres cuerpos, el inferior, en cuya fábrica se aprecia la presencia de materiales procedentes de obras anteriores, responde a formas clasicistas de gusto plateresco, presentando las superiores las formas y la recargada ornamentación propias del modelo barroco. La obra fue concluida en 1772.
La imagen de la Virgen titular consiste en una pequeña talla de alabastro, de época tardorromana, procedente de Italia y datable del año 1230.
Numerosos edificios civiles del XIX, entre los que se contaba con el Ayuntamiento, peculiarizan el paisaje constructivo de esta bonita y bien cuidada población.
Desde Oliva y por la carretera de Encinasola, podemos llegar hasta el río Ardila. El río se convierte en la frontera con Portugal al sur de la Sierra del Oratorio. Todo este trayecto, que, por supuesto, hemos de hacer a pie, discurre por unas parajes de sierras, talladas por el río, que son de una belleza impresionante.