La Asamblea de Extremadura ha aprobado con los votos a favor del PSOE y Ciudadanos y la abstención del PP y de Podemos el proyecto de Ley de Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas en la Infancia y en la Adolescencia, que incide en los aspectos educativos, preventivos y de sensibilización. Las diversas aportaciones de los grupos han hecho que la norma cambie de denominación con respecto al texto presentado por la Junta, que inicialmente se denominaba proyecto de Ley de Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas por Menores de Edad.

Tras las más de 150 enmiendas parciales presentadas, se ha incluido un importante número. La nueva denominación será el proyecto de Ley de Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas en la Infancia y la Adolescencia que no solo desarrolla los aspectos punitivos del consumo de alcohol por este grupo de edad sino que incide en los ámbitos educativos, preventivos y de sensibilización.

Además, contempla el consumo del alcohol como problema de salud pública, del que preocupa el precoz inicio, establecido antes de 14 años entre los jóvenes extremeños, además de realizar un abordaje «transversal» y reforzar la corresponsabilidad de las administraciones públicas.

Desde Ciudadanos, se resalta la necesidad de esta ley y que el dictamen del pasado jueves que se somete a votación cubre las expectativas, no solo por disponer de un «instrumento legal adecuado» sino de adaptarlo a la realidad actual para actuar contra un «alarmante problema social». También se recalca su «enfoque global y transversal», además de considerar que esta norma supone un aporte «fundamental» más concreto que las anteriores leyes. Y se señala como importante el carácter multidisciplinar e integrador de la intervención de los menores en el diseño y evaluación de las políticas de prevención y la consideración de las familias como elemento principal de la misma.

Hay que destacar que, desde el principio de la tramitación de la ley, la norma debería ir más allá de la prohibición, reforzando los aspectos educativos, preventivos y de sensibilización.

Por su parte Podemos piensa que no se han corregido todas las deficiencia de la Ley de Convivencia y Ocio y tampoco se ha mejorado el funcionamiento del Consejo de la Convivencia y el Ocio, además de abordar de manera superficial los ámbitos de aplicación y que se debería haber dotado de mayor protagonismo a la juventud, como  la realmente protagonista de los cambios y tuviera voz a la hora de plantear las herramientas que necesita, además de entrar en vigor al día siguiente de su tramitación.

El PP, el diputado valora que se hayan incluido en el texto todas las enmiendas presentadas por su grupo y ha incidido en que muchas de ellas se han centrado en retrasar cuanto antes el inicio en el consumo del alcohol, ya que un cerebro en desarrollo expuesto a los efectos de esta sustancia podría resultar afectado.

De hecho, recuerda que cada año que se demora el inicio del consumo del alcohol se reduce un 14 % el riesgo de ser dependiente del mismo en un futuro, por lo que, en su opinión, la norma debe trabajar en este sentido. Además considera «inasumible» para la sociedad actual que los extremeños se inician en el consumo alcohol antes de cumplir los 14 años, además de lamentar el alto nivel de tolerancia que se tiene respecto a este consumo, algo que piensan que hay que combatir. También consideran muy necesario sensibilizar a la sociedad sobre sus peligros.

Y, por último desde el Grupo Parlamentario Socialista se incide en que es obligación de las administraciones públicas tomar medidas que vayan a la raíz del problema, además de arbitrar medidas que busquen la efectividad del fin que persiguen, como en este caso, ya que el consumo del alcohol es un «problema real y complejo». También se pone en valor la «participación activa» de diferentes sectores de la sociedad extremeña en la elaboración de esta «ley participativa», cuyo resultado final ha sido fruto del consenso y el diálogo de las fuerzas parlamentarias. Y se valora, que primen las acciones preventivas frente a las punitivas, ya que la norma, no busca responsabilizar a los jóvenes de su comportamiento sino escucharlos e involucrarlos en los procesos de concienciación sobre los riesgos del consumo de bebidas alcohólicas en edades tan tempranas.